jueves, 19 de junio de 2008

Difamando


En el periodismo, como en la vida, lo más apreciado es la libertad. La libertad de expresión, la libertad de actuación, la libertad en términos generales. Sin embargo, la libertad de uno debe acabar donde empieza la libertad de otro. Si a Jiménez Losantos lo han condenado a pagar 36.000 euros por injuriar al alcalde de Madrid no creo que sea un acto contra la libertad de expresión, sino un acto de defensa de uno y de alzamiento de la popularidad del otro, a quien le ha salido muy barato hacerse famoso. Aún recuerdo cómo Losantos explicaba a sus oyentes que estuvo meses y meses metiéndose con Gabilondo sin que éste le hiciera caso y el día que Iñaki le contestó su audiencia empezó a subir como la espuma: "Has picado el anzuelo, Iñaki", dijo jactándose de su hazaña el locutor que emulaba a los ex de Gran Hermano en los programas de Telecinco, quienes se ganaban el sueldo a base de insultos e improperios.

Yo no soy periodista para dimafar, sino para informar. Esta claro que no quiero que nadie me ponga una mordaza que me impida contar las cosas como las veo, porque contar la verdad es imposible, ya que la objetividad no existe. Considero que un profesional de la palabra debe ser capaz de decir lo que quiere sin tener que llegar al insulto y a la humillación, que es, precisamente, a lo que se dedica este hombre cada mañana desde la Cadena de los Obispos. Que me digan a mí qué clase de obispos son estos que permiten que en su cadena se escuchen exabruptos como "Gallardón es hijo de Satanás" día tras día. Ahora le apoyan, pero la verdad es que están entre la espada y la pared. Gracias a este tipo de elocuencias y ocurrencias, el 70% de la financiación de la Cadena Episcopal procede del programa del locutor.

Ya está bien de que la crispación y la falta de respeto llenen programas. La libertad de información y expresión tienen su tope en la veracidad. La jueza lo ha dejado muy claro: "La Constitución no reconoce el derecho al insulto", Losantos no rectificó, sino que repitió hasta la saciedad sus ataques al alcalde...Se ha abierto la veda.

2 comentarios:

Nacho G. Sas dijo...

Tú si que sabes, fenómena. Un beso

Chema Díez dijo...

Pienso todo lo contrario que tú, porque esa condena va más allá de pagar 36.000 euros, pero me parece muy bien lo que has escrito. saludos.